martes, 19 de agosto de 2008

Nota 169: La cuestión del campo, los intelectuales y los factores movilizados

Hay una prensa que tiende a bastardear a los intelectuales involucrados en el conflicto. Haciendo centro en los que apoyan al Gobierno no dejan de impugnar al pensamiento crítico de un modo de incluir a todos en un fracaso.

Diferencias profundas tenemos, y manifestamos, con esos espacios que a un grave daño abonaron desde el maldivisionismo k. Si tenemos en cuenta la naturaleza y fuerza de la derecha argentina asumamos que sus problemas son consecuencia de la estrategia infantil diseñada por Néstor Kirchner, y el rol de muchos intelectuales que en su defensa abogaron, desde su saber, por una decisión originariamente fiscal y prepotente y que, ante las primeras resistencias, apeló entre otras cosas a un relato de índole intelectual, político y social.
Coincido, por otra parte y solo a título de ejemplo, con mucho de lo que se dice en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-3592-2008-08-19.html, Pero si no se aborda en los por qué, la cuestión de la estrategia política y los errores, éstas observaciones son manifestaciones de un fracaso. Y habrán más si no se indagan sus causas con una dosis de autocrítica.
Ella expresa un mal paso que se ha dado en este espacio y aún para parte de los que impugnamos la estrategia seguida alrededor de la Resolución 125 inherente, por otra parte, a un interés hegemónico. En el por qué y cómo Cobos fue vicepresidente encontrarán muchas repuestas.
No obstante asumamos como positivo, en el curso del proceso histórico, los compromisos con la realidad cotidiana y en la medida que se abra de dogmas y sean capaces de enfrentar la cuestión desde el debate. Mientras haya debate el conservadurismo tendrá menos espacio y ninguna perspectiva de triunfo si enfrentamos, también, a las prácticas funcionales al mismo. La historia argentina es elocuente y para ella el maldivisionismo fue una tragedia.
El debate político sobre lo ocurrido debe profundizarse y descremar de apologías a juicios que aparecen como de categoría científica. Inclusive los artistas deben ser cuidadosos y estar atentos a no confundirse de un modo que su aislamiento resulte inexorable como en otros tiempos de nuestra historia. Y sería lamentable.
Es que mientras parte de la Academia pierda repitiendo equívocos, y el palco de la Sociedad Rural siga como en los tiempos en que silbaron a Alfonsín (entonces sin que se haya escrito una línea con el sentido de éstas, lo que posibilitó a Menem que no salió de un repollo y por lo que nadie se autocritíca), para nosotros también es perder. Pero solo en éste aspecto y como efecto colateral de una victoria que asumimos por la República, en términos de institucionalidad, y el regreso de la política. Más, si la política de nuestro espacio no tiene en cuenta los costos de esa victoria y los revierte a favor de nuestro pueblo, será derrota. Advierto que no pocos se durmieron en los laureles y dieron vuelta la hoja. Por eso tengo siempre presente lo escrito en la Nota 143: NOTAS DESPUES DE LA PELEA

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