jueves, 16 de abril de 2009

Nota 352: RECUERDOS. RAUL ALFONSIN-JULIO MARIA SANGUINETTI. El día que los presenté

Me emocionaron los discursos de los ex Presidentes Serney y Sanguineti. Ví al uruguayo conmovido hasta las lágrimas frente ante el féretro de Raúl Alfonsín.
Recordé el Hotel Panamericano donde nuestro gobierno había instalado su base en los días previos a asumir en diciembre de 1983.
En Uruguay gobernaba Álvarez, un general. Los orientales se instalaron en el hotel sabíendo que sus cosas repercutían en la otra orilla donde Alfonsín ya era todo un símbolo. Para ellos se iniciaba el proceso de democratización. Algunos estaban en el exilio. (Batlle y Wilson Ferreira Aldunate a los que conocí junto a Sanguinetti unos meses antes). Este era de menor perfil que los otros dos y no se vislumbraba como un posible presidente, y lo fue en dos períodos. Nos cruzamos en la puerta del hotel donde las guardias no lo dejaban entrar y me pidió lo presentara a Alfonsín. Así lo hice y ambos me lo recordaron frecuentemente. A éste le dije “se trata de quién para mi será el Presidente del Uruguay”.
Lo conocí en la "Reunión de Lideres Políticos de América Latina frente a la crisis" en setiembre de 1983 y que organizara la CEPAL en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Representabamos, con Adolfo Gass, a Raúl Alfonsín abocado al último tramo de la campaña electoral. Entre otros, recuerdo estaban también los actuales Presidentes Alan García y Lula da Silva de Perú y Brasil. Desde allí disfruté de la amistad de Sanguinetti. Me emocioné con sus lágrimas como con la presencia del Presidente Tabaré. Latinoamérica toda rindió honores a Raúl Alfonsín. Una figura central para la democracia y la integración latinoamericana. Aún la crisis internacional la política comercial fue de vanguardia en materia de integración. Tuve el honor de que nuestro Presidente me confiara responsabilidades al respecto como Secretario de Comercio y Embajador ante ALADI. Estoy preparando una nota sobre la política de integración del Gobierno Radical.
Inusual fue que ya instalado Carlos Ménem y aún cuando mi destino era ante el organismo y no ante el Gobierno Uruguayo (esa Embajada estaba a cargo del Vicepresidente de Arturo Illia el Dr. Carlos Perette) Julio Sanguinetti me despidió en el Palacio Presidencial con palabras que las recordó emocionado, días pasados, por el reconocimiento de las multitudes a nuestro líder que ya descansa. Sanguinetti había imaginado de ese modo el último encuentro. De él con Alfonsín y de Alfonsín con su pueblo.

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