lunes, 26 de julio de 2010

Nota 520: Homenaje a Eva Perón y el estado de las conciencias. Una nueva batalla ideológica.





Eva Perón murió el 26 de julio de 1952. Le rendí homenaje en Facebook y no fueron pocas las críticas desde un antiperonismo preocupante. Tal, que debí asistirme con el discurso de Alfonsín de 1983 en el Obelisco. Allí está, al inicio, su diferenciación y luego la referencia a nuestros muertos comunes para marchar adelante y juntos. Entre ellos Perón y Evita.
No fueron pocos los que se adhirieron. Y desde situaciones personales y condiciones subjetivas que valorizan más su actitud.
Diría, generacionalmente, que estás rabias tenían más que ver con la generación de mis padres que la mía. Pero si ellos vivieron aquellos tiempos en tanto contemporaneos la pregunta es: ¿y por qué ahora?. Creo que por dos motivos centrales. El primero por que el peronismo determinó con sus conductas en 1989 y el 2001 un fuerte condicionamiento al pensamiento radical. Y lo que es peor, que nosotros no cuidamos eventuales retrocesos políticos y permitimos el desarrollo de esas conciencias sin cumplir las tareas políticas que corresponden. Lo anoto como obligación y rindo mi homenaje a quien recuerdan miles de hogares argentinos con los que hoy estoy a su lado en coincidencia con la emoción del 120 Aniversario de la Revolución del Parque que entorna el ascenso actual de nuestro Partido.


1 comentario:

Anónimo dijo...

He leído su nota sobre Eva Perón y su inquietud por la existencia de un "antiperonismo preocupante", hecho que Ud. encuentra explicación en los comportamientos del peronismo en 1989 y 2001.
En lo personal no creo que exista tal antiperonismo. En cambio, sí hay una lectura crítica de lo que fué Perón y los sucesivos gobiernos de esa tendencia política en 1973-76, 1989-99 y 2001en adelante. Algo muy necesario en un país, donde se quiere hacer creer que antes de Perón no había nada y que Perón lo hizo todo.
En efecto, sobre la etapa 1945-1955, a nadie puede escapar que llevó a una mejora de la clase trabajadora. Para ello fue suficiente poner en práctica la profusa legislación laboral existente en el país (obra socialista y no peronista), crear el fuero del trabajo e implementar medidas distributivas, entre otras cuestiones. Tampoco puede dejarse de lado que Perón era el candidato del partido militar, que fué autoritario, que violó derechos humanos sistemáticamente, que los beneficios de la clase trabajadora fueron parciales porque no arrancó de la pobreza a numerosos pueblos del interior, que hubo una corrupción escandalosa, que fomentó la entrega del país aún en contra de su propia Constitución (Acuerdo con la California), que avaló el ingreso de nazis al país, etc.
Respecto de su esposa, poco tengo que decir. Distó mucho del modelo de mujer que hoy se pinta. Era tan personalista como su marido. Si alguna otra mujer se destacaba en la tarea social que ella realizaba, enseguida la desplazaba sin motivo alguno. No admitía competencia. Su discurso distaba mucho de ser feminista. Todo era por Perón y en ellos iba implícito el mensaje del sometimiento de la mujer al marido. Nunca planteó otros derechos más allá que los del voto femenino cuyo único objetivo era perpetuar al gobierno de ese entonces. Era tan autoritaria como el propio Perón. En España, cuando fue recibida por el dictador Franco, se le escuchó decir: "Que bien que se está acá. No hay opositores" o aquella ingenua frase: "Yo no hablo ningún idioma, porque Perón habla como veinte"
Estas son sólo unas pocas razones que sirven para desmitificar a Perón y Eva. A quitar esa solemnidad de que quiere darse al 26 de Julio. A recordarlos como lo que realmente fueron, muy lejos de ese dechado de virtudes que la iconografía y la historia oficial quieren hacer creer. Ese será el mejor homenaje que podrán recibir, porque no serán borrados de la historia (tal como ha hecho el peronismo con lo que no es de su agrado) sino discutidos, analizados y asumidos con sus virtudes y sus defectos. Que cada uno saque sus conclusiones.
Reciba un cordial saludo.
Edgardo Morbidelli.
edgardo.morbidelli@gmail.com