lunes, 1 de diciembre de 2014

ARGENTINA-URUGUAY: Saludando a Tabaré Vázquez. De la Diplomacia de la Democracia a la diplomacia Buquebus. Testimonio.



La campaña electoral uruguaya tuvo como centro, en la política exterior,  los problemas con Argentina. La tolerancia de Mujica (¿¡El Presidente uruguayo tiene que tener tolerancia con Argentina!?)  fue impugnada por el candidato opositor y Tabaré, el electo, anticipó cambios en función del interés uruguayo. Una lástima para mi sentimiento acrecentado por la experiencia,  luego de la historia  reciente,  de la relación bilateral . De ella fuí un ocasional protagonista como Secretario de Comercio de la Nación y luego Embajador Representante ante ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración) que tiene su sede en Montevideo.
Conocí, en Santa Cruz de la Sierra,  a importantes dirigentes uruguayos (algunos en el exilio) en la reunión de líderes políticos latinoamericanos convocados por la CEPAL (Gestión Enrique Iglesias) en setiembre de 1983. Asisti  en representación de Alfonsín quien estaba en plena campaña electoral (los peronistas presentes en representación de Luder eran Torcuato y Guido Di Tella). En el regreso a Buenos Aires compartimos asiento en el vuelo  con Julio Maria Sanguinetti y, desde entonces,  construimos  una amistad  que me honra.
En el Hotel Panamericano donde estaba el “bunker de Alfonsín” (después del triunfo y antes de su asunción),  los uruguayos hicieron del lugar un verdadero comité en el exilio (incluído elocuentes discursos antidicatatoriales y de reconocimiento a la Argentina y al lider Radical. La democracia argentina fue determinante para la restauración de la uruguaya. En calle Cerrito me reencontré,entonces, con Sanguinetti que me pidió le presentara a Alfonsín quien lo recibiría inmediatamente y construyeron una amistad tal,  que fue uno de los que lo despidieron en La Recoleta en su sepelio. Esto es, hace 31 años se conocieron el Presidente electo argentino y el entonces futuro Presidente uruguayo.
Wilson Ferreyra Aldunate (líder del Partido Blanco y en el exilio) trasladó su residencia a Buenos Aiees volviendo del exilio francés y desde acá inició la “caravana de la democracia” que recorrió Entre Rios y entró al Uruguay donde fue detenido.
Carlos Perette, el Vicepresidente de Illia, fue elegido por Alfonsín como Embajador y llegó a Brasil en un barco de guerra con símbolos protocolares de amistad profunda. Su designación era una manifestación del compromiso de la democracia naciente argentina con la democracia que se debía alentar en Uruguay. Se trataba del Vicepresidente de Illia y una de las figuras más prominentes de historia de la UCR.
El 30 de Octubre de 1983 el triunfo de Alfonsín fue saludado por decenas de miles de uruguayos que se volcaron a las calles e hicieron de nuestra victoria un acontecimiento propio. Bandera de los tres partidos rompieron la veda política y nuestro futuro gobierno fue considerado como hostil por el  Jefe de la dictadura militar uruguaya el General Alvarez.
Luego del triunfo de Sanguinetti, lo recibimos con Alfonsin en Aeroparque junto a una comitiva con integrantes de su futuro gobierno y dandole el carácter de aún Jefe de Estado.  En intensas reuniones  esbozamos relaciones comerciales propicias. Hicimos el Acta de Colonia, ya con ese  nuevo gobierno oriental en el poder, y en la ceremonia de su firma (Alfonsín-Sanguinetti) conocí a Liber Seregni (a Mujica fue durante mi gestión como Embajador representante ante ALADI) y con Ferreira Aldunate tuvimos un trato frecuente hasta su muerte. Hubieron dificultades comerciales, las usuales, en el comercio mas todas fueron resueltas de mutuo acuerdo. El Acta de Colonia se hizo en el marco del CAUCE (Convenio Argentino Uruguayo de Cooperación Económica) que había sido promovido por el General Juan Domingo Perón y como Presidente en 1974.Nosotros al asumir, por la situación de pagos de Argentina, nos vimos obligados a imponer restricciones a las importaciones. Y especificamente exceptuamos de las mismas a los productos negociados en ALADI entre ellos los originarios del Uruguay y éramos concientes de la importancia, ya entonces,  de nuestro mercado para la producción de ese País.
Como Representante argentino ante ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración) y desde abril de 1986 hasta 1989  recibí un trato de amigo, además del correspondiente al carácter de mi representación.  La ALADI existe en virtud del Tratado de Montevideo de 1980, es continuadora de la ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio) que se había agotado en el multilateralismo por lo que se crearon los Acuerdos de Alcance Parcial (no extensivos sino mediante negociación) en donde se encuadraba la relación con Uruguay y luego el MERCOSUR como un Acuerdo Especial.  Fui, además,  el Presidente del Comité de Representantes que es el órgano permanente de máximo nivel.
Mi  amistad con Uruguay se evidenció al momento de concluir mi gestión (foto del Diario El País y la misma en otro diario importante con el título "Uruguay despide a un amigo). Todo este trato es, aún hoy, inusual para un representante ante un organismo internacional y de parte del País Sede. Igualmente  el lugar destacado que me dieron en los funerales de Wilson Ferreira Aldunate (el Blanco vencido por Sanguinetti) y el relato confidencial que el Presidente me hiciera entonces. Que diagnosticado el cáncer de Wilson, y contra su voluntad, dispuso su traslado a Estados Unidos en un avión uruguayo y a cargo del Estado “porque la salud  del Jefe de la oposición era un problema de Estado”.Raúl Alfonsín, al frente de una gravísima situación en el País, se hizo presente para despedir al lider de los blancos.
Mi residencia estaba en Carrasco y cerca del Aeropuerto y en las ocasiones que aviones ingleses se mandaban “por desperfectos mecánicos” en sus vuelos a Malvinas, vi entre algunas caras piratas, cómo los uruguayos en solidaridad con nuestro Pais acusaban,  el carácter mentiroso de esos vuelos. Con ello comprometían su relación con Inglaterra  (un mercado importante para ellos y de largas relaciones diplomáticas en su historia). Igualmente la solidaridad emocionante de su pueblo por los sucesos de Semana Santa y otras insurgencias carapintadas.
Alfonsín era considerado como un propio en Uruguay. En el estadio Centenario en ocasión de un partido Independiente-Peñarol, vale la anécdota.  el insulto de los hinchas uruguayos a los argentinos era ("¡como serán de tarados que votaron contra Alfonsín!") y luego el grito de Alfonsín, Alfonsín. Era a la semana de que perdimos las elecciones a gobernador de Buenos Aires y otras en 1987.
El voto uruguayo es el primero que se cuenta en cualquier posición argentina en los foros mundiales aún el orgullo oriental en sus relaciones exteriores. Con esto doy cuenta del carácter del vínculo fraterno.
Uruguay triplicó el PBI en la última década. En Argentina residen 500 mil uruguayos y 450 mil compatriota son hijos de uruguayos. Historicamente, por su dimensión geográfica y poblacional, tuvo una política exterior caracterizada por un gran protagonismo para una internacionalización que lo “protegió” de dormir entre dos gigantes relativos como Argentina y Brasil.
Mi saludo a Tabaré por su elección y mi pesar por que Argentina fue mal considerada durante la campaña y con razón. Las restricciones al comercio impuestas por el Gobierno K son de una absoluta irresponsabilidad además de contrarias a la tradición de la relación y a los acuerdos que tenemos. Ya a la cuestión de las pasteras la trataron de modo estúpido y de la que solo se benefició la transportadora Buque Bus. La sensibilidad de este Gobierno a las presiones en casos como ése y que beneficia a un indirecto interesado y alterando una relación como la apuntada, es un dato de la diplomacia Kirchnerista. No digo que  el Gobierno argentino haya manejado tan mal la cuestión del bloqueo a los pasos fronterizos por presión de Buquebus (la principal empresa transportadora). Digo que esa diplomacia perjudicó a Uruguay sin otro beneficiario que Buquebus. Lo mismo está ocurriendo en materia comercial.

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