domingo, 15 de marzo de 2015

Nota 543: La cuestión Macri y el día que estuvimos en ninguna parte.





Si la mayor parte de nuestro electorado quiere una alianza con Macri, y la mayor parte de nuestra militancia y una parte de nuestra dirigencia lo rechaza,  estamos frente a una gran fractura de idendidad. Y así  el Kirchnerismo nos está venciendo políticamente. Lo cual es una paradoja respecto al propósito buscado. 
No podemos pensar (ni superar) esta crisis cuando la categoría con la que la pensamos son parte de la misma. Entonces somos parte del problema y no de la solución. 
Lo de ayer,  la Convención, fue  una foto en vez de la  versión 2015 de una pelicula. 
Con Raúl Alfonsín en vida pudimos disimular un adelanto de la misma  en las elecciones del  2007 cuando con Lavagna enfrentamos a CFK-Cobos y a no pocos radicales que entonces denominamos K. Su manifestación evidente fue la Provincia de Buenos Aires cuando a las apuradas tuvimos que imponerle a  Ricardo Alfonsín- Brandoni  una campaña breve  para contener el electorado que no se canalizaba con Sarghini, un  peronista que hoy reviste en el Frente Renovador y que era el candidato unguido entonces.  Dicho sea de paso, con no pocos radicales integrando sus listas.  
Con Ricardo, precisamente, en el  2011,  salimos a intentar ganar con De Narváez, una decisión complementada  por el error brutal que cometimos al llevar a Monica López y a José Scioli como candidatos a Vice Gobernador y Senador Nacional respectivamente.  Interrumpimos, entonces,  un ciclo virtuoso de recuperación con el que volvimos a ganar la calle para los radicales, Y lo peor, nos olvidamos de la experiencia Sarghini. Y ahora nos conmociona compartir las PASO con Macri y Carrió y nos olvidamos de esa experiencia De Narvaez y cia.. 
Es que como  que cada elección es independiente de  la anterior y  pecamos en los años electorales presidenciales y en las legislativas  vamos al Ganges para purificarnos. Así, de este modo,  los problemas de hoy serán los del 2019.

La política es una realidad en movimiento. Una película y no una fotografía. Y la película se llama “Las tentaciones de derecha de la UCR  para enfrentar al Kirchnerismo”.  Y es el modo de oposición al Kirchnerismo el que determina la naturaleza de la trama promoviendo una contradicción entre el nosotros progresistas con nuestro electorado. El que no ve a Macri con la misma lente. . Y como somos dos direcciones distintas para electorados similares la conmoción nos incluye.  De modo tal que los mismos actores tienen actitudes diferentes en cada ocasión y muta “lo malo” y “lo bueno” de un modo que no podemos sino sintetizar la cosa entre traidores y leales mutantes

El problema de fondo  es que no supimos descubrir el modo de confrontar con el Kirchnerismo sin desnaturalizarnos.  Y, así, ocurrirá lo mismo dentro de cuatro años   (cualquiera fuere  el número de bancas o gobernaciones que se conquisten).  Renunciar a una perspectiva  progresista de proyecto de País desde una  oposición a un régimen que bastardea banderas (muchas de las cuales son nuestras) es  la matriz de nuestras dificultades. El que agobia a la abnegada militancia que se indigna (bienvenida la indignación), pero  la indignación no es una política cuando hace falta política.

Y la cuestión no es quienes estuvieron ayer de un lado y  quienes de otro. También es de  los que estuvimos en ninguna parte prentendiendo jugar  futbol en una cancha de beisbol con jugadores que, con nuestros colores, juegan a un deporte distinto cuando no desconocido. Con otra pelota, con distintas reglas pero con los mismos protagonistas porque de renovación ni hablemos.

Y ahora a la que única que queda. Militar el resultado de la Convención intentando poder ganarle con Sanz  a Macri y tapar la boca sucia de la Dra. Carrió cuando enloda a nuestros dirigentes. Revalorizar al Partido como un colectiva necesario para afrontar el 11 de diciembre cualquiera fuere el resultado. Ahora, la categoría Partido es irrelevante aún una Convención de la que habla positivamente todo el País político.Nos hace falta para preservar la soberanía partidaria de la que también se habló ayer.

El desprecio de la experiencia es algo terrible. Y sobre todo cuando ella nos revela las claves del triunfo de 1983 a un peronismo mucho más mafioso y prepotente que esta variante Kirchnerista. Entonces no hicimos anti peronismo sino militamos por un País democrático e independiente.

Y queda pendiente (otra clave) el por qué de la disputa de electorados similares con direcciones con  filosofía e historias políticas diferentes  (UCR y PRO) .

 Insisto en mi tesis cuando murió Olivera. Reivindicando para nosotros de manera petulante el carácter de socialdemócrata o de centro izquierda, espantamos a una “derecha”  ilustre en nuestro Partido dejando a un electorado  propio (en contexto de la naturaleza dicha de la contradicción con el Kirchnerismo) bajo la dirección de una derecha que nada tiene que ver con nuestra historia y a la que tenemos que ganar. Aliada necesaria desde la clave del modo de hacer oposición en estos años.
Ellos, viniendo por nuestro electorado vienen por nosotros.  Nosotros, yendo por preservar a nuestro electorado debemos ir por ellos y eso corresponde desde ahora a otra etapa histórica. Entonces nadie renuncia, no se baja ninguna bandera, cada uno en su lugar y reflexionando el por qué de la recurrencia de años presidenciales  pecaminosos y los legislativos de baños espirituales, suponiendo que nuestros primos son más puros que nosotros.

La cuestión es nuestra. Es ideológica.  Hace rato que se ha encendido un espiral y con una braza casi invisible se está consumiendo hacia el  centro cuando desde nuestra experiencia debería tener un sentido inverso. Para revertir eso deber  retornar  el Partido de valores en vez del de intereses. Se puede y se debe.Es que el Partido de Alfonsín tiene deberes que cumplir, aún. 

1 comentario:

Adela dijo...

Comentario de primera digestión:
Elección de circunstancias para análisis analógico: excelente
sensación por el análisis: doloroso, pero no desesperanzador, estimulante.
Como siempre impecable veracidad, escrito como si pretendieras que no te importe pero se nota el compromiso